SAMARKANDA

SAMARKANDA
Bienvenido al karavansar. No por casualidad he llamado así a mi blog, puesto que en alguna lengua de Oriente se llama de este modo a la posada, la pensión, la fonda, donde descansar antes de seguir el camino. Decir que la vida es un tránsito no es descubrir América (que también se hizo en un tránsito, pero por mar), pues ya muchos autores lo expresaron. Pero sí quiero señalar la provisionalidad, el azar, la hospitalidad, el descanso, la cercanía que produce "pasar" por un sitio desconocido a algo más seguro, que es el fin del viaje. Desde Jorge Manrique hasta Antonio Machado se ha plasmado la imagen del hombre como viajero. Y este blog pretende que nos encontremos, "ligeros de equipaje", en esta parada y fonda virtual, que no virtuosa. Hasta pronto.

viernes, 23 de diciembre de 2011

JESÚS: CON ÉL LLEGÓ EL ESCÁNDALO


Jesús de Nazaret aparece en la historia de la humanidad en un momento muy interesante de la civilización europea. La República Romana lleva aún poco tiempo convertida en un Imperio cuyas conquistas se extienden por todo el mundo conocido. Las conquistas se han convertido en colonias o en protectorados que tanto da una cosa como la otra. Directa o indirectamente, es el gran emperador quien manda. Las religiones se han multiplicado, los dioses del Olimpo funcionan como clones de los hombres, con todas sus debilidades. Los dioses de Oriente compiten con ellos en sus propios excesos y ritos. El poder político en Palestina está encarnado en diversos "tetrarcas" de postín, que sólo son como "gobernadores civiles" del César Augusto. La religión judía tradicional se fragmenta en diferentes sectas: desde sus propios talibanes (los esenios) hasta sus jerarcas, pontífices, levitas, etc., ritualizados hasta la exasperación. Pero como sucede siempre, el pueblo sigue pobre, ignorante, machacado a impuestos, como si ellos no contaran en la tarta imperial ni en la "pastelería" palestina más que para pagar impuestos. Los dioses no reciben sus plegarias, sólo sus magros óbolos, donativos y sacrificios. Había profetas, falsos mesías que ponían el dedo en todas las llagas (no olvidemos a Juan el Bautista y cómo acabó). Pero nadie fue capaz de traducir en palabras y en hechos una actitud nueva: el amor de Dios justamente por aquellos olvidados del festín. Hasta que aparece Jesús, que sólo habla de AMOR. De un amor nunca escuchado hasta entonces porque iguala a todos los hombres. Un amor que debe luchar por la justicia, por el desarrollo de la persona, por la emancipación de la mujer. Quienes luego lo condenarán a muerte no saben aún que esa sangre se convertirá en catarata liberadora durante siglos y siglos. Nadie podía imaginar que ese niño, hijo de padres tan humildes, al que algunos tomaron por loco al principio, iba a contagiar esa locura comenzando por sus seguidores, que llegarían hasta el martirio por defender ese mensaje. Por eso, al celebrar el nacimiento de Jesús, debemos mirar lo más importante: su mensaje. El resto (los "belenes", las cabalgatas de Reyes Magos, las comidas y cenas de estos días, las compras desaforadas, las uvas de Nochevieja...) son únicamente un "envoltorio" del verdadero regalo: el Amor de Dios a sus criaturas, sobre todo a las más débiles. Y el más débil de todos es ese niño en un pesebre.