SAMARKANDA

SAMARKANDA
Bienvenido al karavansar. No por casualidad he llamado así a mi blog, puesto que en alguna lengua de Oriente se llama de este modo a la posada, la pensión, la fonda, donde descansar antes de seguir el camino. Decir que la vida es un tránsito no es descubrir América (que también se hizo en un tránsito, pero por mar), pues ya muchos autores lo expresaron. Pero sí quiero señalar la provisionalidad, el azar, la hospitalidad, el descanso, la cercanía que produce "pasar" por un sitio desconocido a algo más seguro, que es el fin del viaje. Desde Jorge Manrique hasta Antonio Machado se ha plasmado la imagen del hombre como viajero. Y este blog pretende que nos encontremos, "ligeros de equipaje", en esta parada y fonda virtual, que no virtuosa. Hasta pronto.

miércoles, 31 de octubre de 2012

FLORES (MARCHITAS) PARA ANTONIO MACHADO

En 1912 se publicó el libro más emblemático de Antonio Machado: Campos de Castilla. Aunque no me considero un admirador incondicional de su poesía, yo esperaba noticias de este primer centenario durante todo el año pasado. Pero un clamoroso silencio, salvo contadísimas menciones, ha pesado sobre el autor y sobre su libro. Y ahora, en vísperas llegar la primavera a los campos sorianos, me viene a la memoria el cementerio de Collioure donde yacen los restos de ese sevillano cantor de Castilla. Murió el 22 de febrero de 1939, tres días antes que su anciana madre, quien le había acompañado en aquel "último viaje" del destierro: "Y cuando llegue el día del último viaje,/ y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,/ me encontraréis a bordo, ligero de equipaje,/ casi desnudo, como los hijos de la mar". Esto había escrito premonitoriamente treinta años atrás. Se fue al exilio, como tantos miles de compatriotas desde los tiempos de los Reyes Católicos. Ninguna nación del mundo ha expulsado tantas veces, como España, a sus hijos "diferentes": moriscos, judíos, erasmistas, ilustrados, heterodoxos, afrancesados, liberales, demócratas, emigrantes... España no ha sido "mater et magistra", sino madrastra. "La madre en otro tiempo fecunda en capitanes,/ madrastra es hoy apenas de humildes ganapanes." No hay que echar la culpa solamente al dictador de turno. Está, también, en un pueblo inculto, insolidario entre sí, autodestructivo. Un hilo fratricida ha cosido los retales de la historia hispana. Es España "un trozo de planeta/ por donde cruza errante la sombra de Caín."
Durante cuarenta años, Antonio Machado fue convertido en bandera política y social de un sector "culto" de la izquierda española. El famoso disco de Joan Manuel Serrat contribuyó a divulgar algunos de sus poemas, que han pasado ya al acervo popular. Llegó la democracia, con sus elecciones, sus dos cámaras, la Constitución de 1978, la alternancia de los diferentes partidos tanto en el ámbito estatal como en el autonómico, dilatándose en el tiempo hasta constituirse (en algunos casos) casi en regímenes imbatibles, la entrada en la OTAN (justamente por parte de quienes poco antes se oponían a ello), el ingreso en la Unión Europea, la cultura del bienestar, incluso del "pelotazo"... y, paralelamente, pero en sentido inverso, el progresivo olvido de Antonio Machado, especialmente por parte de quienes se consideraban "los suyos". Y, no obstante, en Juan de Mairena dice cosas políticamente incorrectas como: "Al hombre público, muy especialmente al político, hay que exigirle que posea las virtudes públicas, todas las cuales se resumen en una: fidelidad a la propia máscara. Decía mi maestro Abel Martín [...] que un hombre público que queda mal en público, es mucho peor que una mujer pública que queda mal en privado."
Pero que no cunda el pánico. Los jóvenes de ahora, convertidos en ágrafos de humanidades, letras y arte, es decir, de raíces, difícilmente van a acceder a párrafos como los que les dedicó don Antonio: "Yo no os aconsejaré nunca el apoliticismo, sino, en último término, el desdeño de la política mala que hacen trepadores y cucañistas, sin otro propósito que el de obtener ganancia y colocar parientes Vosotros debeis hacer política, aunque otra cosa os digan los que pretender hacerla sin vosotros y, naturalmente, sin vosotros."
El español de hoy tiene escasas inquietudes porque fue convenientemente anestesiado y venera a los nuevos "dioses" que le ofrecen la televisión, el fútbol, los medios digitales. Pero toda anestesia tiene un final. Y el español comienza a despertarse, indignado, con razón.
Yo, que nunca he sido un ferviente lector de los poemas de Antonio Machado, hoy quiero mirar a ese "olmo viejo" al que "algunas hojas verdes le han salido." Invito a leer sus poemas, algunos de ellos de impresionante actualidad. Siempre que haya un lector de su obra, nunca serán marchitas las flores sobre su tumba.

miércoles, 17 de octubre de 2012

EL SHOW DE KAFKA

El cambio climático, del que ahora tanto se escribe, no es otra cosa que una "respuesta" de la Naturaleza a la agresión que recibe del ser humano. La incomprensión del hombre hacia el reino animal del que procede y forma parte, en muchas ocasiones, materializan esa agresión. El animal se convierte, así, no sólo en servidor sino en víctima del capricho humano. Una mascota, un animal "domesticado", enjaulado, transgrede la libertad de ese ser que nació libre. Y es de libertad de lo que habla el Informe para una academia (1917), texto escrito por Kafka, seguramente inspirado en el monográfico "La mentalidad de los simios", de Wolfgang Köhler, que había aparecido en ese mismo año. Un simio capturado en su entorno natural es enjaulado con destino, tal vez, a la exhibición en un zoológico, un circo o en un music-hall. El simio capta que, si quiere recuperar la libertad no tiene otro camino que imitar al hombre. No "domesticado", sino convertido en un ser humano. Y él mismo expone las vicisitudes, sufrimientos, humillaciones que vive ante un docto público que aplaude ese proceso de "humanización", quizá sin ser consciente del espectáculo de verse reflejado en él. La Academia asiste impávida, aplaudiendo, al proceso de cinco años que le cuenta este simio, y hasta puede reir, por ver cómo lo imita o, tal vez, cómo pervive el simio en la raza humana. Es un espejo que devuelve una "historia", como lo haría un "boomerang".
Este texto de Kafka ha sido llevado en diversas ocasiones al escenario en España. Al tomarlo en sus manos, Juan Carlos Pérez de la Fuente da otra "vuelta de tuerca": lo interpretará una mujer y lo titula El show de Kafka, en versión libre del autor Ignacio García May. Y encomienda el papel a Luisa Martín en un dificilísimo monólogo, que precisaba eso, una actriz extraordinaria como ella. Los movimientos, los gestos (miradas, gruñidos, modos de caminar y desenvolverse, la ingesta de una botella de agua mineral sin pausa), el vestuario  sobrio y evocador... todo ello se convierte en un espectáculo digno de correr a verlo en el Teatro Amaya, de Madrid, donde se acaba de estrenar. Una escenografía muy simple, pero eficacísima, una luz, un sonido, unas proyecciones que subrayan el texto recitado sin restarle a este ningún protagonismo. Se acierta de lleno en incorporar en algunas funciones (como así ha sucedido en la noche del estreno oficial) a la Escolanía del Real Monasterio del Escorial. Las voces y la presencia de los niños cantores dan un empaque ceremonial acertadísimo hasta el mismo final de la obra. Es la primera vez (hecho histórico) en que esta escolanía actúa en un teatro comercial para colaborar en una obra de la literatura contemporánea. Mi felicitación más sincera y cariñosa al equipo artístico y técnico que nadie, interesado en el buen teatro, debe perderse.