SAMARKANDA

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Bienvenido al karavansar. No por casualidad he llamado así a mi blog, puesto que en alguna lengua de Oriente se llama de este modo a la posada, la pensión, la fonda, donde descansar antes de seguir el camino. Decir que la vida es un tránsito no es descubrir América (que también se hizo en un tránsito, pero por mar), pues ya muchos autores lo expresaron. Pero sí quiero señalar la provisionalidad, el azar, la hospitalidad, el descanso, la cercanía que produce "pasar" por un sitio desconocido a algo más seguro, que es el fin del viaje. Desde Jorge Manrique hasta Antonio Machado se ha plasmado la imagen del hombre como viajero. Y este blog pretende que nos encontremos, "ligeros de equipaje", en esta parada y fonda virtual, que no virtuosa. Hasta pronto.

viernes, 18 de marzo de 2016

PASION EN VIVO

No me consta si en algunas parroquias de Madrid se representa la Pasión de Cristo escenificada dentro del templo. Es posible que Santa María de la Esperanza sea una excepción. Y el pasado día 17 he tenido la oportunidad de asistir al 25 aniversario de LA PASIÓN en dicha parroquia, anexa al Colegio Valdeluz. Todo un acontecimiento y una experiencia gratificantes en sus variadas significaciones. Son más de doscientas personas quienes aportan su entusiasmo en diferentes facetas artísticas y técnicas para mostrar esos misterios cristianos, interpretando textos que se hicieron famosos en la obra UN TAL JESÚS, de María y José Ignacio López Vigil. En los primeros años, la función consistía en lectura dramatizada con un coloquio posterior. Pero al cabo de unos años se convirtió en representación teatral plena. Jesús Nazareno, su madre, apóstoles, discípulos, Anás, Caifás, Herodes, Herodías, Poncio Pilatos, centuriones, narrador... y un largo etcétera han sido interpretados años tras año por personas entregadas. Y hoy, al llegar sus bodas de plata, los hemos podido ver de nuevo, apoyados por la Coral "Valdeluz" (bajo la batuta de Félix Redondo), que intercalaba diversos fragmentos de música religiosa. La dirección del espectáculo ha corrido a cargo, una vez más, de Francisco Nestares.
   












   Al tratarse de una sola representación (debut y depedida) no da tiempo a corregir algunos fallos eléctricos o de movimientos de masas o de aprovechamiento de espacios para siguientes funciones, pero ahí está su encanto: en el esfuerzo por parecer profesionales quienes no lo son y cuyo entusiasmo suple todas las deficiencias. Ellos reciben y mantienen una tradición que fue secular en la Iglesia cuando se representaban misterios de la Pasión, de Navidad, del Corpus Christi o biográficos de santos, plasmados en textos de Juan del Enzina, de Gómez Manrique, de Gil Vicente, de Calderón y de tantos más escritores. El teatro, al igual que la música, son artes que adquieren una dimensión catequética indudable, especialmente cuando está encarnada en los propios feligreses. Familias enteras participan en estos misterios teatrales y litúrgicos, como me consta en la familia Ceballos. Es la mejor manera de introducir a los niños en el significado de esos misterios y en el valor educativo del teatro.
     La disposición del espacio de esta parroquia, como ámbito teatral es extraordinaria: cuenta con bancos a ras de suelo pero también con graderíos trasero y laterales, lo cual permite una perfecta visibilidad desde varios ángulos. También cuenta con diferentes accesos a la nave central que facilitan (si bien complican) la entrada en escena. Y aunque la Pasión comienza en muchos de ellos (discurso de las bienaventuranzas desde una de las tribunas), después se centra casi exclusivamente en el presbiterio y en los pasillos principales. Por poner un ejemplo, el pueblo de Jerusalén, que se arracima en un lateral junto al presbiterio pidiendo a Pilato la liberación de Barrabás, podría dicha multutud repartirse, vociferante, en muy diversos lugares, lo cual dotaría de una gran amplitud y viveza a la escena. La propia aparición del gobernador romano ganaría desde uno de los balcones.
  La función comienza en el encuentro del resucitado con los caminantes de Emaús y se cierra con el mismo instante, cuando los dos discípulos reconocen a Jesús al partir el pan. La última cena, sobre el verdadero altar del templo resulta bella, con la presencia de alguna mujer (entre ellas, la propia madre de Jesús), aunque echo de menos en todo el espectáculo la figura de Magdalena, importantísima en el relato evangélico. Están en torno a la mesa los necesarios, iluminados por candelas. Un momento bello y solemne. En cambio, en otras escenas sobran personajes o figurantes, como el cortejo enlutado del Sanedrín que va a condenar a Jesús. Su entrada recuerda demasiado LA CASA DE BERNARDA ALBA tras el funeral por el padre. Igualmente, la corte de Herodes con tantas coronas en la cabeza se presta a confusiones innecesarias. Sobran coronas en el cortejo del tetrarca. Me trajeron a la memoria la serie Juego de tronos o los cuatro reyes de la baraja.
    Un espacio no excesivamente dotado para la acústica pero bien resuelto con micrófonos. Los focos han permitido concentrar acciones en todo momento. Muy escasos fallos de iluminación entran dentro de lo previsible en función única.

    El vestuario sirve a sus propósitos sin que resulte excesivaente chocante la mezcla de trajes alquilados en Cornejo y los elaborados de modo más casero. Si se confeccionan nuevos vestidos para el futuro, convendría tener en cuenta los nuevos diseños de época que vemos en cine y teatro para producciones del tiempo romano y judío. En posteriores representaciones, podría disponerse de dos túnicas para Jesús: una blanca, impoluta, que use durante el tiempo de predicación y otra sucia y rasgada para las escenas posteriores al prendimiento de Getsemaní.

   Los intérpretes principales han resuelto bien sus papeles. Hemos podido ver a un Jesús (David Razola) quizá algo monótono pero sí con un físico convincente. Su madre, María, encarnada por Esther Gómez muy concentrada al realizar su monólogo final. Un Judas Iscarote (Fernando Zeledón) muy sólido, un Anás (Antonio Ceballos) tal vez más inquieto y nervioso de lo apropiado en quien ostenta poder, un Pilato elegantísimo, aunque sobraba la diadema de laurel (exclusiva de los césares imperiales pero no de los gobernadores) etc. No me es posible más que citar los nombres propios de quienes conozco en persona.
   Y vamos con la música. El ritmo de la representación se ralentiza con los fragmentos interpretados por la coral y la lentitud de los movimientos de masas en sentido procesional. Creo que el espectáculo ganaría en ritmo sólo con la parte dramática, sin coro, dándole más movimiento a las masas y aprovechando mejor un local que se presta a ello. La colaboración de la estupenda coral (que hemos escuchado en conciertos) no aporta mucho a la dramaturgia y sí vuelve lenta la función sin necesidad. Por otro lado, la música que se escucha grabada para subrayar algunas escenas, puede ser seleccionada desde otro criterio. Escuchar el "O Fortuna", de CARMINA BURANA, para la entrada de la corte de Herodes, puede ser suplida sin gran esfuerzo por músicas orientales bellísimas. La religiosa libanesa de rito maronita Marie Keyrouz es una fuente inagotable de sugerencias para un espectáculo de este tipo. Sus cantos de Viernes Santo, acompañada de monjes, resultan ideales y pueden encontrarse en youtube. No me convenció la escena de la flagelación, que debería estremecer al espectador. Más fuerza, una música violenta (cabe recordar el recuento de los azotes en JESUS CHRIST SUPERSTAR).












   Al final del espectáculo el público aplaudió con fervor y fueron llamados a saludar con el elenco a quienes interpretaron los personajes de Jesús y de María desde los primeros años. Un bonito gesto de reconocimiento y compañerismo.

   Como he señalado antes, participan familias enteras en este evento religioso dramático. La mayoría de ellas compuestas por antiguos y actuales alumnos del Colegio Valdeluz. Este centro, que despunta por sus valores educativos académicos, religiosos y deportivos, tiene una ostentosa ausencia: un taller de teatro, una asignatura dramática, un grupo que represente funciones en el espléndido local teatral que posee y que está infrautilizado (salvo para veladas puntuales). Es una lástima que solo o en colaboración con la parroquia, Valdeluz no coopere institucionalmente en este evento enriquecedor desde todos los puntos de vista.



3 comentarios:

  1. Me parece muy interesante las puntualizaciones que comentas, aunque hay algunas erroneas. como director del evento tomo muy buena nota de las mas interesantes para el año que viene tenerlas en cuenta porque como te comento todos los años hacemos alguna innovación.

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  2. Llevaba años deseando que asistieras a la representación de "La Pasión" para escuchar (o leer) tus comentarios. Comparto muchos de ellos y todos son muy útiles e inspiradores. Si vuelvo la vista atrás veinticinco años, recuerdo que nunca participé en aquel estupendo grupo de teatro del C.M. Elías Ahúja, pero mi interpretación de la influencia que aquella iniciativa tuya ha tenido en mi vida es que no cayó en absoluto en saco roto y parte de mi motivación presente para participar ahora procede de recuerdos y experiencias de aquella época aunque no fueran vividas en primera fila. Personalmente, me siento muy afortunado de haber participado en la representación de "La Pasión" los últimos años. Para mí significa muchas cosas: una pequeña y modesta incursión en el mundo del arte, una forma de vivir la Semana Santa, una actividad que realizo en familia y una convivencia con un grupo en el que me divierto y aprendo mucho.

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  3. Jose Maria "Pilato es mi querido y amado hermano Pablo Ignacio, no lo reconoces porque no estudio en el Valdeluz" durante varios años ha realizado diferentes papeles en la obra y siempre ha salido muy contento de participar en la obra de la Pasión de Cristo. un afectuoso saludo Javier Garces (exalumno del colegio Valdeluz de 1978-88).

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