
Durante cuarenta años, Antonio Machado fue convertido en bandera política y social de un sector "culto" de la izquierda española. El famoso disco de Joan Manuel Serrat contribuyó a divulgar algunos de sus poemas, que han pasado ya al acervo popular. Llegó la democracia, con sus elecciones, sus dos cámaras, la Constitución de 1978, la alternancia de los diferentes partidos tanto en el ámbito estatal como en el autonómico, dilatándose en el tiempo hasta constituirse (en algunos casos) casi en regímenes imbatibles, la entrada en la OTAN (justamente por parte de quienes poco antes se oponían a ello), el ingreso en la Unión Europea, la cultura del bienestar, incluso del "pelotazo"... y, paralelamente, pero en sentido inverso, el progresivo olvido de Antonio Machado, especialmente por parte de quienes se consideraban "los suyos". Y, no obstante, en Juan de Mairena dice cosas políticamente incorrectas como: "Al hombre público, muy especialmente al político, hay que exigirle que posea las virtudes públicas, todas las cuales se resumen en una: fidelidad a la propia máscara. Decía mi maestro Abel Martín [...] que un hombre público que queda mal en público, es mucho peor que una mujer pública que queda mal en privado."
Pero que no cunda el pánico. Los jóvenes de ahora, convertidos en ágrafos de humanidades, letras y arte, es decir, de raíces, difícilmente van a acceder a párrafos como los que les dedicó don Antonio: "Yo no os aconsejaré nunca el apoliticismo, sino, en último término, el desdeño de la política mala que hacen trepadores y cucañistas, sin otro propósito que el de obtener ganancia y colocar parientes Vosotros debeis hacer política, aunque otra cosa os digan los que pretender hacerla sin vosotros y, naturalmente, sin vosotros."
El español de hoy tiene escasas inquietudes porque fue convenientemente anestesiado y venera a los nuevos "dioses" que le ofrecen la televisión, el fútbol, los medios digitales. Pero toda anestesia tiene un final. Y el español comienza a despertarse, indignado, con razón.
Yo, que nunca he sido un ferviente lector de los poemas de Antonio Machado, hoy quiero mirar a ese "olmo viejo" al que "algunas hojas verdes le han salido." Invito a leer sus poemas, algunos de ellos de impresionante actualidad. Siempre que haya un lector de su obra, nunca serán marchitas las flores sobre su tumba.