SAMARKANDA

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Bienvenido al karavansar. No por casualidad he llamado así a mi blog, puesto que en alguna lengua de Oriente se llama de este modo a la posada, la pensión, la fonda, donde descansar antes de seguir el camino. Decir que la vida es un tránsito no es descubrir América (que también se hizo en un tránsito, pero por mar), pues ya muchos autores lo expresaron. Pero sí quiero señalar la provisionalidad, el azar, la hospitalidad, el descanso, la cercanía que produce "pasar" por un sitio desconocido a algo más seguro, que es el fin del viaje. Desde Jorge Manrique hasta Antonio Machado se ha plasmado la imagen del hombre como viajero. Y este blog pretende que nos encontremos, "ligeros de equipaje", en esta parada y fonda virtual, que no virtuosa. Hasta pronto.

domingo, 1 de enero de 2017

"CUENTO DE NAVIDAD", DE TONO



Mario Luiso era un niño muy bueno; tan bueno era que su papá siempre se lo quería comer.
   -¡Qué niño tan salado! –decía su mamá en cuanto su papá quería comérselo. Y eso contenía a su papá, a quien no le gustaban nada las cosas saladas.
   Mario Luiso tenía dos ojos, una boca y una nariz. También tenía dos orejas y pelo. Aunque solamente contaba dos años, sabía ya leer, escribir, tocar el piano y decir: un tigre, dos tigres, tres tigres…
   Era la Navidad. La nieve blanca, como todos sabemos, caía lentamente –como todos sabemos-, donde también todos sabemos. Total: que hacía un tiempo asqueroso.
   Mario Luiso era un niño rico de esos que tienen hasta los dientes de oro. Y sus papás le daban todo lo que quería.
   Tenía un tren de verdad; un tranvía de verdad: una casa de verdad y un toro también de verdad.
   Creo haber dicho anteriormente que era la Navidad; pero no importa: era la Navidad.
   Hacía frío de turrón, y la nieve, blanca como la nieve, caía lentamente sobre la ciudad blanca.
   Este párrafo me ha salido muy pronto y lo voy a repetir.
   Hacía frío de turrón, y la nieve, blanca como la nieve, caía lentamente sobre la ciudad blanca. Ya está.
   Había también en aquella ciudad un niño pobre, tan pobre que no tenía ni nombre y le llamaban Ese.
   “Ese” vivía en los árboles y no comía más que pájaros y flores. Era un tío pobrísimo.
   Mario Luiso conocía a Ese y lo quería mucho. Como era tan rico siempre estaba pensando en comprar un hospicio para regalárselo a su amiguito. Pero a su amiguito no le gustaban los hospicios porque decía que eso eran cosas de viejos.
   ¿He dicho que era la Navidad? Pues bien: era la Navidad.
   La gente iba por la calle cantando villancicos, y los caballos iban echando humo por la nariz, como unos tíos brutos. Los pavos tomaban café en las terrazas y hablaban mal de las gallinas.
   Era la Navidad. Mario Luiso y Ese, resguardados en el quicio de un portal, esperaban el paso de los Reyes Magos, que habían ido a ver a las Reinas Magas.

                                             Antonio de Lara ("Tono")

   Tono (Antonio Lara Gavilán, 1900 - 1978) participó en el lanzamiento de la revista Gutiérrez y colaboró en revistas francesas como Le Rire. Había viajado a París y de allí incorporó recursos de las vanguardias artísticas (evidentes en la composición y en la perspectiva). En 1930 fue contratado por Metro Goldwyn Mayer para trabajar en Hollywood, pero apenas ha quedado rastro de lo que hizo allí, pues dedicó más tiempo a enseñar a cocinar paellas, comprar corbatas y un perro carísimo. Chaplin quedó deslumbrado con la tarta que le regaló por su cumpleaños con la caricatura de Charlot. Más repercusión tuvieron sus obras teatrales, como Francisca Alegre y Olé (1949) o Crimen pluscuamperfecto (1956). Tono aplica el humorismo puro de su maestro Ramón Gómez de la Serna, con abundantes juegos de palabras y demostrando una gran capacidad para descubrir la comicidad absurda en lo cotidiano. Este cuento lo publicamos una Navidad, en el Colegio Mayor Elías Ahuja, como felicitación a las familias de los colegiales.

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