Voy a pensar seriamente en pasar mis próximas vacaciones en Donga, país africano del que no tenía la menor idea pero tras leer el nuevo libro de Alfonso Vázquez Livingstone nunca llegó a Donga (Ediciones Rey Lear, 2011), siento una enorme curiosidad. (Esta obra ha sido dedicada por su autor al Colegio Mayor Elías Ahuja, donde afirma haber aprendido mucho de humor y de teatro, lo que nos hace suponer también cualquier otra asignatura inconfesable). Por si fueran poco sus 133 páginas en formato de bolsillo, aptas para solazarse mientras se viaja en metro, la obra viene precedida por un prólogo de Luis Alberto de Cuenca, viajero impenitente como todo el mundo sabe, quien ya visitó la ex-colonia británica en los años 70 del pasado siglo. Un reino tan sabiamente regido en forma de matriarcado, que ha sabido conservar muy diversos tesoros de sus civilizaciones pasadas, como la Estela de los agachados; un lugar donde la tolerancia religiosa admite que la iglesia anglicana local sea la única en el mundo que celebra la Semana Santa con suntuosas procesiones (cuya cofradía más famosa es la conocida como El regateo que escenifica cómo Judas pide cien talentos por traicionar a los suyos y un sargento romano se echa las manos a la cabeza). Será cosa de organizar mi viaje para no perderme este desfile y, más aún, si coincidiera con el espectáculo nocturno de la danza de los escrotos fluorescentes. Con esta guía tan completa, cuya lectura aún no he concluído, me apresto a buscar en google un billete de Donga Airways, con destino a New Strawberry Fields, la capital de esta antigua colonia británica, comprarme un taparrabos para no llamar la atención allí y una lata de nivea en tamaño familiar.
Para que Cervantes llegase a escribir la espléndida parodia de las novelas de caballería (creando el nuevo género de la novela moderna), tuvo que leer previamente muchas narraciones de dicho género. Más aún, gustaba de las buenas novelas con protagonistas caballeros andantes por tierras ignotas, enfrentados a misiones casi imposibles, para rescatar a princesas de belleza y virtud casi ideales. Más tarde se extendió por Europa la sed de los viajeros buscando lugares exóticos. Franceses, ingleses, alemanes, algunos italianos y poquísimos españoles, se lanzaron a diligencias y barcos hacia países o mundos desconocidos, bien pertrechados de cuadernos donde anotar sus descubrimientos. Y así nació la "literatura de viajes". Alfonso Vázquez, viajero y lector compulsivo, aporta mucho más que un granito de arena a un género aún en mantillas entre nosotros, sino toda una duna movediza y resbaladiza con este libro ilustre e ilustrado (en todos sentidos) y que aún no sé si colocar entre mis guías turísticas o junto al Quijote. Tengo que llamar a Luis Alberto para que me ayude a situarlo. De momento lo tengo muy cerca de La Codorniz.
Para que Cervantes llegase a escribir la espléndida parodia de las novelas de caballería (creando el nuevo género de la novela moderna), tuvo que leer previamente muchas narraciones de dicho género. Más aún, gustaba de las buenas novelas con protagonistas caballeros andantes por tierras ignotas, enfrentados a misiones casi imposibles, para rescatar a princesas de belleza y virtud casi ideales. Más tarde se extendió por Europa la sed de los viajeros buscando lugares exóticos. Franceses, ingleses, alemanes, algunos italianos y poquísimos españoles, se lanzaron a diligencias y barcos hacia países o mundos desconocidos, bien pertrechados de cuadernos donde anotar sus descubrimientos. Y así nació la "literatura de viajes". Alfonso Vázquez, viajero y lector compulsivo, aporta mucho más que un granito de arena a un género aún en mantillas entre nosotros, sino toda una duna movediza y resbaladiza con este libro ilustre e ilustrado (en todos sentidos) y que aún no sé si colocar entre mis guías turísticas o junto al Quijote. Tengo que llamar a Luis Alberto para que me ayude a situarlo. De momento lo tengo muy cerca de La Codorniz.
Estimado José María Torrijos, le comunicamos que, por su labor de difusión de esta ignota república monárquica en el corazón de África, el Parlamento de Donga ha acordado nombrarle Hijo Adoptivo de Donga, así como Caballero de la Real Orden del Oso Hormiguero Vegetariano, honores que sólo ostentan en el mundo el académico Luis Alberto de Cuenca, el editor Jesús Egido y el escritor Guillermo Busutil. Cualquier día de estos recibirá el nombramiento oficial.
ResponderEliminarCordialmente suyo:
Percival O' Memba, jefa de protocolo de la Casa Real de Donga
#1 para conocer este año, en lo que me den mis vacaciones del trabajo planifico el viaje. Un buen dato que he aprendido es Si el espacio de equipaje no es un lujo, lleva contigo tu almohada favorita, rollos para el cuello, compresas calientes y mantas para hacer que el viaje se sienta como no estuvieras muy lejos de casa.
ResponderEliminarFuente: galapagos cruises celebrity